El chasquido irrumpe
en la sustancia
sangre y babas
estocada siniestra
desgarro
con pingajos de gloria
bramido
exaltación de la turba
volteo y soberbia
por el ruedo colorista
se derrama
vida llena Carmen Paredes
Hoy es un día para la Historia. Hoy se ha dibujado un Sol en las sonrisas.
Hoy se han levantado los estoques, que pueden guardar señores matadores.
Descarguen su saña en embestidas contra la Sombra.
Hoy los ruedos sanguinarios comienzan a cerrar su rastro de muerte.
Gentlemen, seguimos nuestra excursión a muchas brazas bajo el nivel del Egeo. Yorgos Seferis
-De acuerdo: ya no existen visionarios, el exceso de amor no está de moda -tampoco el adjetivo de color- y es ridículo hablar de las sirenas; el poeta se ausenta del poema y, entretanto, toma café o el sol con los amigos, baja un taxi hasta el mar y la metáfora se desnuda delgada entre las olas. -¿Prefieres la piscina? El poema no sufre descarnado de ti; toma un vaso y ginebra, sumerge tu inocencia, paladea la tarde sin noticia, sin mito, sin pasado, en la indolente hamaca del silencio. De regreso, tu poema te aguarda suicidado.
Aurora Luque - Almería-1962
Terraza-marco de observadores, que vacíos de sí mismos, enjuician la vida. Terraza-rutina de espectadores, que deshabitados de ensueños, derraman los años. Terraza-báscula de vencidos, que atrapados por la nada, desafían el aire. Terraza-sonrisa, fábula de zahoríes, que abrigados de hechizos, canjean las sombras. Terraza-poema colgado en un adios. Terraza. Nota final.
¿Era por aquí?
¿O he perdido el camino?
Casi llego a lo alto de la cima
y aún la vislumbro un poco,
si vuelvo la cabeza,
serpeando allá abajo,
la veredita aquella
orlada de manzanos.
Tal vez era la mía.
Y las voces de antaño me
despiertan.
Sopla un viento muy frío,
noto un poco de vértigo
y tengo que seguir
subiendo como pueda,
sin mirar para atrás.
Ya casi estoy llegando
a lo alto de la cima,
y me pregunto si era por aquí.
Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925 - Madrid, 2000)
Han transcurrido diez años desde que te fuiste querida Chelo, junto con otra Carmen, de lujo.
No sé si existe alguna estrella que acoja a mujeres que se ponen el mundo por moño, si así fuera, estaréis las dos riendo como locas con las chapuzas políticas y desmanes literarios.
Cuando me reuno con las chicas, las más de las veces hablamos de ti, y Mónica, henchida, presume de madre.
En mi línea Guadiana, ando desaparecida y estarán preguntándose en qué nueva historia me he metido, pero sólo contigo comparto mis secretos.
no el tiempo sólo todos los instantes no el amor no sí no
un lugar de ausencia un hilo de miserable unión.
Alejandra Pizarnik (Buenos Aires 1936-1972)
Líneas que limitan, instantes de sal, esa gota que empeñada va a la boca, encurte la lengua para que no ruegue y estira una mueca de sonrisa. Líneas con encajes de espino, ese área impostora de voces, que regula el color de los abrazos y disuelve el toque de las las manos. Líneas ajustadas al cuello de las despedidas, que en afán amputador, manifiestan la estéril realidad.
En el horizonte del ayer
desinflado de utopía
el mañana se recrea
cuando tapo mis sentidos
a través de ellos descubro
el eterno zigzagueo
de las plumas de mi almohada
la cinta que desanuda
el saco de quisierair
y el suave líquido que se escurre
a través del reloj
así me quedo
me quedo con el antifaz engañoso
que arropa mis cuencas vacías
Carmen Paredes
Intermitencia es ámbar, crujir, Cono Sur en frío y Europa en calor, África, en el sur que ahora existe a través de un esférico.
Intermitencia es ley, según del lado: inocente-asesino, maltrador-víctima, alternancia sin alternativa, dualidad.
Intermitencia es yo-yo, me quieren-me quiero, ritmo de péndulo, guiño de neón, nube alta.
Intermitencia es ámbar, parpadeo de árbol herido, luz de duda.