Se rompió la línea que nos comunica, se quedó el mensaje partido en gajos, sin su poder. Y abandonada en el silencio quedó roto también este diario de sensaciones. Llegó a su fin el tiempo desafinado, ya de nuevo siento el tacto de este, mi teclado inseparable.
Ángulo por unos días iluminado, otra vez la piel suave.
Ángulo por unos días en un baile de ojos en el suelo.
Ángulo por unos días de ronroneos de tiempo con límites
Ángulo en unos días ya morada de guiños.
Ya se que existen otras penas con más pavura y más complejidad, pero este es mi dolor y a él me aferro, no pregunten por qué.
Hace tanto que olvidé mi cédula de arraigo, extravié mi equipaje, el principio de lo que no pude ser.
Hoy vigilo este dolor de medio tiempo, esta alegría de fiesta equivocada, este lamento que engendró la mascarada.
Esta pena mía, tan estricta y honda, se adiestra en lo nocturno y allí azuza cabal remordimiento, hora perdida, y alimenta la mítica alimaña de mis miedos.
Flor Alba Uribe (Leticia - Colombia - 1943)
Tiempo de verano, regreso a la rutina del descanso. Establecida felicidad enmascarada de soledad compartida.
Tiempo de verano, silencio en la rutina de la ausencia. Soledad enmascarada de risas por un día.
Tiempo de verano, obligada soledad y establecido silencio. Tiempo que revela.
Por años, disfrutar del error y de su enmienda, haber podido hablar, caminar libre, no existir mutilada, no entrar o sí en iglesias, leer, oír la música querida, ser en la noche un ser como en el día. No ser casada en un negocio, medida en cabras, sufrir gobierno de parientes o legal lapidación. No desfilar ya nunca y no admitir palabras que pongan en la sangre limaduras de hierro. Descubrir por ti misma otro ser no previsto en el puente de la mirada. Ser humano y mujer, ni más ni menos.
El chasquido irrumpe
en la sustancia
sangre y babas
estocada siniestra
desgarro
con pingajos de gloria
bramido
exaltación de la turba
volteo y soberbia
por el ruedo colorista
se derrama
vida llena Carmen Paredes
Hoy es un día para la Historia. Hoy se ha dibujado un Sol en las sonrisas.
Hoy se han levantado los estoques, que pueden guardar señores matadores.
Descarguen su saña en embestidas contra la Sombra.
Hoy los ruedos sanguinarios comienzan a cerrar su rastro de muerte.
Gentlemen, seguimos nuestra excursión a muchas brazas bajo el nivel del Egeo. Yorgos Seferis
-De acuerdo: ya no existen visionarios, el exceso de amor no está de moda -tampoco el adjetivo de color- y es ridículo hablar de las sirenas; el poeta se ausenta del poema y, entretanto, toma café o el sol con los amigos, baja un taxi hasta el mar y la metáfora se desnuda delgada entre las olas. -¿Prefieres la piscina? El poema no sufre descarnado de ti; toma un vaso y ginebra, sumerge tu inocencia, paladea la tarde sin noticia, sin mito, sin pasado, en la indolente hamaca del silencio. De regreso, tu poema te aguarda suicidado.
Aurora Luque - Almería-1962
Terraza-marco de observadores, que vacíos de sí mismos, enjuician la vida. Terraza-rutina de espectadores, que deshabitados de ensueños, derraman los años. Terraza-báscula de vencidos, que atrapados por la nada, desafían el aire. Terraza-sonrisa, fábula de zahoríes, que abrigados de hechizos, canjean las sombras. Terraza-poema colgado en un adios. Terraza. Nota final.
¿Era por aquí?
¿O he perdido el camino?
Casi llego a lo alto de la cima
y aún la vislumbro un poco,
si vuelvo la cabeza,
serpeando allá abajo,
la veredita aquella
orlada de manzanos.
Tal vez era la mía.
Y las voces de antaño me
despiertan.
Sopla un viento muy frío,
noto un poco de vértigo
y tengo que seguir
subiendo como pueda,
sin mirar para atrás.
Ya casi estoy llegando
a lo alto de la cima,
y me pregunto si era por aquí.
Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925 - Madrid, 2000)
Han transcurrido diez años desde que te fuiste querida Chelo, junto con otra Carmen, de lujo.
No sé si existe alguna estrella que acoja a mujeres que se ponen el mundo por moño, si así fuera, estaréis las dos riendo como locas con las chapuzas políticas y desmanes literarios.
Cuando me reuno con las chicas, las más de las veces hablamos de ti, y Mónica, henchida, presume de madre.
En mi línea Guadiana, ando desaparecida y estarán preguntándose en qué nueva historia me he metido, pero sólo contigo comparto mis secretos.
no el tiempo sólo todos los instantes no el amor no sí no
un lugar de ausencia un hilo de miserable unión.
Alejandra Pizarnik (Buenos Aires 1936-1972)
Líneas que limitan, instantes de sal, esa gota que empeñada va a la boca, encurte la lengua para que no ruegue y estira una mueca de sonrisa. Líneas con encajes de espino, ese área impostora de voces, que regula el color de los abrazos y disuelve el toque de las las manos. Líneas ajustadas al cuello de las despedidas, que en afán amputador, manifiestan la estéril realidad.
En el horizonte del ayer
desinflado de utopía
el mañana se recrea
cuando tapo mis sentidos
a través de ellos descubro
el eterno zigzagueo
de las plumas de mi almohada
la cinta que desanuda
el saco de quisierair
y el suave líquido que se escurre
a través del reloj
así me quedo
me quedo con el antifaz engañoso
que arropa mis cuencas vacías
Carmen Paredes
Intermitencia es ámbar, crujir, Cono Sur en frío y Europa en calor, África, en el sur que ahora existe a través de un esférico.
Intermitencia es ley, según del lado: inocente-asesino, maltrador-víctima, alternancia sin alternativa, dualidad.
Intermitencia es yo-yo, me quieren-me quiero, ritmo de péndulo, guiño de neón, nube alta.
Intermitencia es ámbar, parpadeo de árbol herido, luz de duda.